La práctica de las asanas nos ayuda a mantener el equilibrio y tiene un efecto sobre las cadenas musculares del cuerpo, a la vez que actúa regulando la función de los distintos órganos internos y sistemas (nervioso, endocrino, circulatorio).
A nivel emocional y mental las posturas actúan armonizándonos ya que requieren que nos concentremos, para que nuestra mente pueda dirigir las distintas partes de nuestro cuerpo en la construcción de la postura. Esto hace que desarrollemos atención, serenidad y tranquilidad, y como resultado nuestras emociones se equilibran, y el flujo de pensamientos se reduce hasta poder detenerse.